El costo del poder: Minería de bitcoin y el colapso eléctrico en Irán

A pesar de contar con las segundas mayores reservas de gas natural del mundo, Irán está en un colapso energético. Los cortes de electricidad son constantes, y afectan tanto a los ciudadanos como a las industrias esenciales. En febrero, un bombardeo atribuido a Israel destruyó dos tuberías clave que suministraban gas en todo el país; esto profundizó la crisis. La paradoja de ser una potencia energética con un sistema eléctrico frágil ilustra el nivel de deterioro en la gestión del gobierno iraní.

Además, la minería de bitcoin, lejos de ser una actividad marginal, se integró en la estructura del régimen. Mezquitas y otros establecimientos que reciben energía subsidiada se transformaron en centros de minería, mientras que organizaciones vinculadas al gobierno y al ejército también participan en estas operaciones. Oficialmente, el gobierno declara perseguir estas actividades ilegales, pero la contradicción entre su discurso y sus acciones erosiona la confianza pública. La población enfrenta apagones constantes y un deterioro en su calidad de vida, en un clima de creciente insatisfacción que amenaza con desestabilizar el régimen.

La historia reciente ofrece ejemplos de cómo los regímenes que toman decisiones desesperadas en medio de crisis económicas y sociales a menudo terminan debilitándose a sí mismos. En el caso de Irán, las sanciones internacionales y los ataques externos, combinados con una gestión interna deficiente, empujan a los ayatolás hacia una posición insostenible. Cada acción destinada a paliar la crisis, como el uso de la minería de bitcoin, parece profundizar los problemas estructurales, acelerando lo que sería una eventual caída del régimen.

El descontento interno no solo es evidente en las calles, sino también en los propios círculos de poder. Las tensiones entre las facciones del régimen se intensifican, mientras la población muestra menos tolerancia hacia un gobierno que no puede garantizar servicios básicos como la electricidad. En este contexto, la minería de bitcoin, aunque inicialmente vista como una solución ingeniosa a las sanciones, se convierte en un símbolo de la desesperación de un régimen que agota sus opciones.

En definitiva, el uso de la minería de criptomonedas por parte de Irán las limitaciones de un modelo que sacrifica el bienestar interno en favor de su supervivencia política. Mientras el régimen intenta mantener el control, el descontento social y la fragilidad económica plantean preguntas sobre cuánto tiempo más podrá sostenerse antes de enfrentarse a su propio colapso.

Las cosas como son.

Mookie Tenembaum aborda temas internacionales como este todas las semanas junto a Horacio Cabak en su podcast El Observador Internacional, disponible en Spotify, Apple, YouTube y todas las plataformas.